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Cómo jugar al fútbol

Creado por Oscar Avila, Rosy Guerra, Maluniu

2 partes:Habilidades esencialesConocer las reglas del juego

El fútbol, o soccer como se le conoce en Estados Unidos y Canadá, es un deporte de competición muy divertido. Se originó en Gran Bretaña y pronto llegó a ser el deporte más practicado del mundo. Ahora se le ha llegado a llamar “el deporte más bello del mundo” debido a sus desafiantes grados de habilidad técnica, juego en equipo y contribución individual al juego. Si piensas tomarte en serio esto del fútbol, ten en cuenta que deberás entrenar más duro, por más tiempo y ser más rápido que tus adversarios. Además, deberás tener siempre un balón contigo (hasta en la ducha). Así que, ¿qué esperas? ¡Lee este artículo y aprenderás cómo ser un astro de este fantástico deporte!

Parte 1 de 2: Habilidades esenciales

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   Aprende a driblar. Driblar es controlar el balón con los pies mientras corres. Si quieres que tu equipo mantenga la posesión del balón, tendrás que aprender bien a driblar. El arte de driblar consiste en empujar el balón lo bastante fuerte para que se mantenga a tu paso, pero lo bastante flojo para que no se te escape y caiga bajo control de tus oponentes.
   • Puedes driblar con el interior del pie, con la parte de arriba (con la punta del pie apuntando hacia abajo) o incluso con la parte exterior de las botas. Probablemente la forma más segura para controlar el dribling es con el empeine, pero en cada situación deberás emplear la parte del pie que más te convenga.
   • Aprende a driblar a diferentes velocidades. No es lo mismo driblar cuando corres por la banda sin ningún oponente por delante, a driblar cuando un adversario está tratando de cortarte el paso.
     
     • Normalmente, cuando estás driblando despacio, mantienes el balón a tu lado bien pegado a ti, de manera que un defensor deberá hacer diferentes movimientos para tratar de arrebatarte el balón.
     • Cuando driblas rápido, algunas veces tendrás que patear fuerte el balón para que te permita correr a toda velocidad y no dejártelo atrás. Esto te permitirá superar al contrincante en velocidad y mantener la posesión del esférico. La mayoría de los jugadores no son capaces de llevar controlado el balón a la vez que corren a su máxima velocidad. Si consigues hacer esto serás un número uno.
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   Aprende a pasar. Pasar el balón consiste en poner la bola exactamente donde tú quieres. Para realizar un pase exacto, la mayoría de jugadores suelen usar el interior del pie, lo cual les proporciona menor potencia pero mayor precisión. Una vez que domines los pases más sencillos, practica los pases a mayor distancia y con efecto (el balón dibuja una trayectoria curva) para pasarlo a tus compañeros de equipo.
   • Presta atención a dónde pones el pie de apoyo. El pie de apoyo ha de situarse justo al lado del balón en el momento de golpearlo, y la puntera dirigida hacia donde quieres que vaya el balón.
   • Anticipa dónde va a estar el jugador. Ya que tus compañeros están normalmente en movimiento, deber enviar el balón a un espacio abierto, donde crees que tu compañero estará en mejores condiciones de continuar la jugada. Si tu compañero está corriendo, debes enviarle el balón delante suyo para que no tenga que detenerse o volver atrás.
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   Aprende a chutar. Si estás cerca del gol y necesitas precisión, puedes chutar con el interior del pie, como en un pase bien medido. Pero normalmente lo que se necesita es potencia para sacar el balón de la defensa en una ocasión de peligro, o superar una gran distancia con el chute.
   • Coloca tu pie de apoyo de forma que la puntera quede mirando en la dirección que deseas que se dirija el balón.
   • No necesitas tanto apoyo como en el inicio de una carrera de cien metros, pero deberás tener suficiente soporte para golpear con fuerza.
   • Golpea el balón con la parte media del encordado de la bota, con el pie apuntando hacia el suelo. Mantén el pie hacia abajo hasta que concluyas el movimiento completo de golpeo.
   • Usa tus caderas para transmitir el movimiento al balón. Trata de transmitir todo el movimiento del cuerpo desde el torso, a la cadera, a la pierna y al pie para generar mayor potencia. Esto suele provocar que ambos pies se eleven del suelo unos centímetros tras chutar.
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   Piensa en moverte sin el balón. Algunos estudios demuestran que un jugador se desplaza una media de 10 kilómetros durante un partido de 90 minutos.^[1] Eso es una gran distancia. No hace falta ser un genio para saber que la mayor parte de esos 10 kilómetros se recorren sin tener el balón. Aprende a moverte a los espacios abiertos y sin marca, a correr hacia donde tus compañeros esperan que corras y a sobrepasar a los defensores para recibir el balón.
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   Aprende a defender. Defender tu portería es un trabajo subestimado. Puede ser muy difícil mantener a un oponente bien marcado y que no reciba el balón cómodamente. Hay tres cosas básicas que has de recordar cuando defiendas.
   • No te dejes engañar por los amagos, trucos y movimientos del atacante: mantén los ojos en el balón. Un buen jugador tratará de regatearte usando movimientos de piernas, amagos y engaños con tal de quitarte de su camino. Intentará que te distraigas y te muevas pensando en lo que va a hacer, en lugar de pensar en lo que realmente está haciendo con el balón. No dejes que se salga con la suya. Mantén la vista en el balón y no en el contrincante.
   • Mantente entre el balón y la portería. En otras palabras, no dejes que el balón te sobrepase. Esto es más difícil de lo que parece. Se trata de mantener el balance entre presionar y dejar suficiente espacio al atacante para que no consiga sobrepasarte.
   • Aprende a anticiparte al regate. Justo después de que el atacante golpea el balón para el regate, ese es el momento para intentar quitarle la posesión. Esto se llama anticipar el regate y es esencial para quitarle el balón a un adversario. Solo para que lo sepas, eres más vulnerable cuando intentas hacer esto, así que, ¡no te apresures y mide bien el momento!
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   Acostúmbrate a cabecear. Trata de golpear el balón con la cabeza justo con la parte donde tu cabello se junta con tu frente. ¡No uses la parte más alta de la cabeza! Cuando estés a punto de golpear con la cabeza, no dejes que la cabeza se te vaya hacia atrás; es mejor que, con el cuello y el torso, la muevas hacia adelante. Esto te permitirá golpear con más fuerza y no te lesionarás las cervicales.
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   Aprende a hacer malabarismos. Jugar con el balón y hacer trucos es difícil de aprender, pero es una parte importante del juego. Es cierto que durante un partido se hacen pocas filigranas, pero saber algunos trucos te beneficiará en muchos aspectos:
   • Ayuda a controlar un balón que te llegue por el aire. No todos los pases te llegarán a ras de suelo. Los que te lleguen desde arriba, muy fuertes, o en una posición difícil, requerirán que sepas hacer malabarismos para controlar la bola.
   • Practicar trucos te ayudará a mejorar tu toque del balón. Mejorarás la sensibilidad del toque al balón, lo cual es muy importante, ya que jugar al primer toque es muy importante en fútbol.
   • Saber hacer malabarismos te ayudará a usas mejor ambos pies. Practicar trucos te dará la habilidad que necesitas con tu pie más torpe. Los mejores jugadores del mundo pueden jugar con sus dos pies, incluso pueden llegar a ser ambidiestros.
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   Aprende a usar tu pie menos hábil. Es esencial ser capaz de driblar, pasar y chutar con tu pie no dominante. Los buenos defensores tomarán ventaja de saber con qué pie sueles controlar el balón y te obligarán a jugar con el otro, lo que será un reto si no sabes usar tu pie menos hábil.
   • Entrena usando solo tu pie no dominante. Cuando chutes o hagas trucos en tu entrenamiento, trata de usar solo tu pie izquierdo si eres diestro, o viceversa. Acostumbrar al cuerpo a una determinada memoria muscular es muy importante para jugar con fluidez con tu pie más torpe.
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   Practica los saques de esquina y los tiros libres. Debes ser capaz de enviar un balón al corazón del área cuando sacas de esquina, de forma que tus compañeros puedan rematar a gol de cabeza para sobrepasar a los defensores rivales. Los tiros libres también son importantes, ya que pueden formar parte de la estrategia de juego usando jugadas ensayadas. Si no puedes enviar el balón justo donde se espera, la estrategia no funcionará. También puedes intentar marcar gol por encima de la barrera si la falta se cometió a una distancia apropiada.
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    Se original y espontáneo. Debes desarrollar un estilo de juego propio, que te caracterice. ¿Eres un jugador habilidoso, que sabe cómo regatear? ¿Eres tan rápido que puedes superar en velocidad a los demás? ¿Eres fuerte y corpulento y te sirves de tu superioridad para rematar y mantener la posición? ¿Eres inteligente y experto en evitar que las jugadas del contrario lleguen a tu área? Encuentra cuál es tu punto fuerte, qué clase de jugador eres, y disfrutarás mucho más del juego. Diviértete; por algo el fútbol es el deporte más popular del mundo.

Nombre: Adrian Zambrano.
Curso: 1 'A'